
Nuestro viaje de 10 días por Marruecos nos llevará hasta el desierto de ERG CHEBBI, en Merzouga, a 792kms de Tanger. Lo haremos en dos etapas, la primera hasta Mequinet (Meknes) de unos 340kms y de ahí hasta Merzouga.
Salimos de Jerez en dirección a Tarifa y embarcamos en la compañía FRS, el coste es de 280€ el coche más los 2 adultos y 2 niños. El trayecto de unos 45 minutos no se hace nada pesado, hay que tener en cuenta que durante ese tiempo tienes que rellenar la documentación facilitada junto con los billetes del barco y sellar los pasaportes en las ventanillas habilitadas dentro del ferry. Te pasas casi todo el tiempo en la cola de la ventanilla, por tanto te aconsejamos que nada mas entrar en el barco te vayas con los pasaportes a sellarlos y entregar los documentos.

Una vez bajados del barco ya en Tanger nos toca seguir en cola hasta pasar la aduana. Comienzan los registros en los coches, muchos chillidos por parte de la policía marroquí, personas pidiendo dinero por ayudarte con los tramites y la documentación. No debes preocuparte, (tu tranquil@, no te pongas nervios@). No es necesario pagar ni entregarle la documentación a nadie excepto a la policía. En realidad es todo es muy fácil y tu mismo puedes hacerlo todo en la ventanilla de la aduana. Ellos se darán prisa porque todo el mundo te esperará, (estas en una cola y hay que pasar de uno en uno).
Tras pasar la caótica aduana te aconsejamos cambies dinero, es bueno tener algo en dírham. Existen módulos prefabricados que los bancos tienen nada más salir de la aduana, otra opción es ir a un banco de la ciudad. Nosotros te aconsejamos lo hagas allí mismo (el cambio será igual que en el banco) y te ahorras tener que aparcar luego o tener que pasar otra cola. El cambio varia un poco pero por suele estar a 1dh=0,090 euro. En Marruecos no es necesario cambiar mucho dinero ya que aceptarán euros en el 99% de los sitios, gasolineras, tiendas, etc, pero no en las autopistas donde si será necesario pagar en Dh.

Cogemos dirección a la costa por la autopista A1 hacia Arcila y Larache, hasta salir por Kenitra. Tras dejar la autopista comienzan las carreteras estrechas, la gente andando por el arcén, animales sueltos, muchisimos camiones, coches que invaden tu carril, etc.
Sobre las 17.00h llegamos para hacer noche en Mequinet en concreto en la kasbat Omar, 35€ la habitación para los 4 con duchas y desayuno incluido, muy limpio, bien decorado y su personal super amable, esta situado en la misma Medina, solo una pega, aparcar por la zona es complicado y tendrás que cargar con las maletas por las calles de la Medina, todo un reto.
Nos vamos a dar un paseo por la Medina, las compras en Mequinet son baratas, no es una ciudad muy turística como pueden ser Marrakech o Fez. Esta en el sitio ideal para comprar alfombras o algún recuerdo. En la misma entrada de la Medina está la puertaBab Mansour la más grande de Marruecos y de África del Norte no dejes de ir verla, es alucinante.
Nos levantamos temprano y tras un buen desayuno cogemos los coches camino hacia Merzouga. Pasamos por Midelt y nos paramos a comprar algunos minerales, un descanso y a seguir.

Los paisajes van cambiando, Marruecos es el país de los contrastes, desierto, nieve, cascadas, áridos o el verde Atlas. Espectacular el «palmeral» que resurge del suelo como una brecha.
No podemos entretenernos mucho, hacemos las paradas justas, nuestra intención es llegar por al tarde a Merzouga y tener tiempo para practicar con los coches en la arena. Queremos practicar con los coches en las dunas, hay que bajar presiones y coger confianza, es bueno acostumbrarte a conducir en la arena. Al día siguiente nos adentraremos en el desierto de ERG CHEBBI y sabemos que es traicionero. Una vez dentro del desierto tendremos que afrontar subidas y abajadas de dunas de más de 100 metros sobre una arena blanda. Es muy importante saber donde están tus límites y donde están los límites de tu coche. Practicar un rato te ayudara para que al día siguiente puedas cruzar las dunas con mayor seguridad.

Por fin llegamos. Al fondo «Erg Chebbi». El desierto erg Chebbi está localizado a unos 40 kilómetros al sureste de Erfoud, Sus dunas alcanzan una altura de hasta 150 metros en algunos lugares y en conjunto se extiende por un área de 50 kilómetros de norte a sur a muy pocos kms de la frontera con Argelia. Es ALUCINANTE, ESPECTACULAR, no existen calificativos, el paraíso de los aventureros y del off road.
Llegamos a nuestra Kasbah justo en el filo de la gran duna, «Kasbah LE TOUAREG» su precio sobre 40€ la noche con cena y desayuno incluido, tiene piscina y esta rodeado de arena por todas partes. Dejamos las maletas y de nuevo a los coches, queda poco para anochecer y tenemos practicar. Los niños se divierten tirándose por la arena y nosotros con los coches.

Nuestra intención es llegar hasta el oasis de Oubira y luego llegar al río de arena, una vez allí continuar por la llamada «antigua pista sagrada del Dakar», una ruta por la que pasaba la famosa carretera del «Dakar» y que se encuentra muy cerca a la frontera con Argelia.
Lo tenemos todo preparado, aquí no existen carriles, ni pistas, no señales, solo nuestros GPS nos guiarán, confiemos en los track y waipoint que preparamos en casa.

La noche nos ayuda a relajarnos, Hassam el dueño de la Kasbah «LE TOUAREG» un gran hombre que ya conocemos de otros años nos ofrece un te y un rato de charla. Sus consejos y explicaciones nos van a venir muy bien para el reto de mañana.

Hassam nos da el mejor consejo en el desierto cuando practicas off road: Nos dice: para llegar debéis buscar y seguir las pisadas de los camellos, que salgamos muy temprano para cruzar las dunas. Nos explica que los camellos siempre van por las zonas menos complicadas y empinadas y la importancia de ver las sombras de las dunas con el sol de la mañana.
También nos pone en antecedente y nos avisa del peligro. Hay mucha gente que lleva años viniendo a cruzar y no consiguen llegar hasta el oasis. Muchos se cansa de tanta arena y atascos, otros vuelcan los coches o sufren averías, no es fácil.
No para de repetirnos una y otra vez que salgamos temprano y que seguimos las pisadas de los camellos, ese es el secreto para evitar un vuelco y llegar al oasis.
A la mañana siguiente dicho y hecho salimos bien temprano, a las 07.30h todos dentro de los coches, tenemos que entrar en el desierto antes de que la arena se caliente y el sol suba demasiado. La intención es llegar al oasis y salir, todo antes de las 12.00h del medio día.

La arena esta magnifica, la presión de los neumáticos en 0.8 kilos (esperemos no desllantar) y la calor aún no aprieta mucho. El ritmo es muy bueno, solo algunos atascos y algunos enganches en las crestas, pero nos vamos ayudando entre los coches y poco a poco vamos sorteando dunas.
A veces los coches se pone bastante inclinado y se escuchan algunos chillidos dentro, pero las horas de practica del día anterior nos han venido muy bien, l@s copilotos y los niños se ponen nerviosos en las inclinaciones y en algunas bajadas o subidas, pero vamos bien. Estamos disfrutando de lo lindo.

Por fin ante nuestro ojos el Oasis de «Oubira», tan solo unos pocos arboles, un pozo y unas chozas, nos esperábamos otra cosa, pero el hecho de ver algo verde donde estamos ya es alucinante. Es más el reto de llegar que lo que te encuentras cuando llegas.

Son las 14.00h de la tarde, se nos ha hecho tarde, tendríamos que haber llegado antes. Llevamos muchas horas sorteando dunas pero es necesario dejar descansar los coche, también nosotros necesitamos un pequeño relax.

Tras un corto tiempo de descanso (15 minutos) decidimos salir del oasis en dirección al río de arena.
Es aquí donde por primera vez vemos MUY PELIGROSO conducir por la arena. El sol ahora esta muy arriba y en las dunas altas no hay sombra, no percibimos ni la altura ni su inclinación, toda la arena tiene el mismo color, con tanta luz no destaca el desnivel y todo se vuelve del mismo color, todo es igual ante nuestros ojos. La salida será muy muy complicada.

Cuando aun debatíamos si salir, quedarnos a dormir, o por donde salir, un joven bereber nos pide ayuda. Nos requiere para que lo llevemos en uno de nuestros coches hasta las salida en dirección al Río de arena.
Estamos salvados, él nos guiará. Conoce las dunas perfectamente, vive allí, él sabe cual es el camino más sencillo. No acaba de dar una alegría, saldremos con él.
Con las indicaciones desde dentro del coche la conducción se hace super agresiva, el joven bereber no para de gritar, acelera, acelera, izquierda, derecha, corre, no mires, tírate e inclínate, sal por ahí… Vamos a un ritmo frenético subiendo y bajando dunas. (Según él, es la única forma, el coche necesita fuerza e inercia para subir esas dunas tan altas). Por fin, al fondo, la salida. Lo hemos logrado.
Aún nos quedan muchos kms de arena, pero sin dunas altas, tan solo llanos y pequeños montículos de pocos metros de altura. El río de arena y la pista sagrada del Dakar nos parece una autopista.

Estamos fuera de Erg Chebbi hace calor y es tarde, (aun no hemos comido), los nervios han sido muchos y estamos cansados. No ha sido fácil.
Nos miramos los unos a los otros y sin hablar, sin decir ni una palabra se nos dibuja una sonrisa en la cara (estamos contentos). Es la primera vez que venimos a cruzar el desierto y lo hemos conseguido. Lo hemos logrado sin vuelcos, sin averías, ni grandes problemas. Y A LA PRIMERA.

Para cruzar el desierto necesitas: que te guste la aventura, ser un poco valiente o estar un poco loco, también necesitas tener un buen coche 4×4 con una preparación off road mínima y por ultimo hay que SABER conducir en la arena. Nosotros cuando llegamos lo teníamos todo, (o creíamos tenerlo todo), sabíamos que hay que bajar presiones, que la velocidad es importante en las inercias, sabíamos que no hay tocar el freno o tocarlo lo menos posible, también sabíamos entrarle a una cresta o ha no caer con el coche dentro de una hoya.
Pero con solo con la técnica no lo hubiésemos conseguido.
Después de esta experiencia estoy seguro que sin los consejos de Hassam no lo hubiésemos logrado, él nos ayudo con sus consejos más que cualquier otra circunstancias de las necesarias para adentrarte en las dunas del Erg Chebbi.
Nada mas llegar a casa y ya estamos organizando otra aventura, comenzamos a prepararnos para ir a cruzar otro ERG. (El siguiente será Erg Chagaga). Pero Erg Chebbi ha sido una gran experiencia, única y alucinante, un reto conseguido. Estoy seguro que volveremos.