
Tuvimos la suerte de conocer Malta de la mejor forma en la que se puede llegar, en un crucero espectacular y atracar en el muelle más bonito que existe La Valeta.

Llegamos por la mañana bien temprano y fue impresionante la entrada a su puerto desde la cubierta del crucero y nos quedamos boquiabiertos cuando poco a poco apareció ante nosotros esas fortificaciones y murallas de color ocre que nos recordaban a una película o ciudad medieval.
Disponíamos de un tiempo limitado ya que zarpábamos a las 18:00, así que ha aprovechar al máximo, teníamos tres puntos imprescindibles que visitar : La Valletta, La Mdina, Los Acantilados Dingli.
Desembarcar y pasear por el muelle disfrutando de sus fortificaciones, murallas y construcciones todas en roca de piedra caliza es todo un placer.

Comenzamos nuestra visita dirigiéndonos hacia la estación de autobuses en La Valeta, nos sorprendió muchísimo unos autobuses estilo clásicos en color amarillo, blanco y una franja roja de tamaño pequeño que bien recordaban a los autobuses de los años 50 todos del mismo estilo superantigüos pero con encanto, preguntamos cual era el que nos llevaba a la Mdina y los acantilados y nos indicaron el número 211 que teníamos que coger y perfecto, los malteses hablan varios idiomas los principales el inglés y el maltés y te comunicarás con ellos sin problemas.

Cogimos el que nos llevó a La Mdina, una ciudad medieval amurallada, con muchos callejones estrechos y todos los edificios construidos con roca caliza, que te ofrecen un gran encanto.

Entramos por la gran puerta principal de La Mdina, comenzamos a caminar por un laberinto de estrechas callejuelas donde los edificios con pequeñas puertas y ventanas son verdaderos fortines de piedra.

Volvimos a coger el autobús y dirección a los Acantilados Dingli, otra nueva aventura ya que montarse en los autobuses es toda una odisea, conducen fatal y el conductor fumando en el interior, su conducción es por la izquierda, tampoco te puedes fiar mucho de los horarios ya que no son muy puntuales.

En la plaza principal de Mdina se encuentra la Catedral de San Páblo, seguimos paseando, vimos varios palacios, algunas iglesias y sobre todo, rincones encantadores hasta llegar a la muralla desde donde obtuvimos excelentes vistas panorámicas.
Los Acantilados Dingli son de una belleza espectacular, son los acantilados más altos de toda la isla de Malta. En el pasado, sirvieron como fortificación natural. Nos dejamos deslumbrar por la magnitud del mar hasta donde la vista nos alcanzaba, respiramos aire puro, y descubrimos lo pequeños que somos. Hacía bastante viento.

En La ruta de los acantilados se puede elegir entre dirigirte hacia el norte o hacia el sur. Si vas hacia el sur, la ruta te lleva hasta la Blue Grotto, dejando a tu derecha increíbles valles de gran belleza. Si prefieres el norte, se llega hasta Bahrija. Nosotros al ir con dos niños de edades pequeñas 6 Alba, 3 Evari, disfrutamos de las vistas y nos dirigimos hacia La Valletta, nueva aventura en autobús.

Llegamos a La Valletta y nos dirigimos al centro de la ciudad vieja. En la plaza de San Jorge, está rodeada de tres edificios destacables como son el antiguo Palacio del Gran Maestre, que alberga el Parlamento de Malta, el Casino, el restaurante Malata que parece un palacio, en el nos tomamos unos helados para descansar un poco. Frente al casino, al otro lado de la pequeña plaza de la república se sitúa la Biblioteca y varias iglesias.

Estábamos agotados ya no disponíamos de más tiempo y teníamos que embarcar, nos ha maravillado Malta aunque haya sido en tan pocas horas.
Malta país mediterráneo con aires británicos y mezclas de culturas.